El arte del engaño

Hoy analizaremos el arte del engaño que tan bien dominan los políticos y algunas personas, sobretodo los mentirosos compulsivos. Aunque el engañar siempre trae consecuencias negativas como el engañarse a si mismo, perder la confianza de los demás o incluso terminar creyéndote tus propias mentiras.
En política ocurre una cosa bien curiosa y es que como todos mienten parece que esto le reste importancia y si no miremos al político Camps de Valencia, que tiene la cara tan dura de ir de humilde y decir que “lucha por los valencianos” cuando al mismo tiempo están demostrando que ha sido un corrupto y están juzgándole porque le regalaron trajes a cambio de favores más que suculentos.

El amigo que siempre miente

Todos tenemos un amigo así, nunca sabes cuando dice la verdad y cuando miente, nunca sabes cuando puedes confiar en él y cuando no. A veces quedáis, es puntual y cumple su palabra, otras ni le ves el pelo y luego te esquiva. Así es la gente mentirosa. Hace poco vi en youtube un video de un tío que había vendido supuestos móviles de alta generación a sus vecinos y les había engañado, les prometió que lo recibirían en unos días y no lo recibieron.
A mi no me entra en la cabeza como alguien puede cometer este tipo de engaños y es que es buscarse problemas a lo tonto, creo que las personas así no soy muy conscientes de la realidad y lo que comporta mentir, quizás se han acostumbrado tanto a defraudar que es algo normal para ellos. En otra ocasión mi ex-compañero de piso de Tarragona me mintió con la fianza al dejar el piso y no me la devolvió, es de ser bastante tonto ya que era mitad de curso y ambos íbamos al mismo instituto.
Otro supuesto buen amigo mío cuando éramos pequeños quedamos el día de la “berenada” en el cual nos vamos de excursión un día (tradición típica en Cataluña). Ese día sin embargo no sabía lo que me esperaba, al llegar me dijeron que fuera andando hasta un lugar que estaba 5 kilómetros y no venían a buscarme, ya me ves a mi andando y andando, todo cabreado, llamando y las primeras veces me lo cogía diciéndome: “tranquilo, ya falta poco”, luego simplemente no me lo cogía y le llamé más de 30 veces, incluso insultándolo ya al final, de lo harto que estaba.
A medio camino me encontró el típico quinqui del pueblo pero lo curioso es que hasta él es mejor persona que este tipo ya que iba en moto y me llevo hasta mi destino. Allí busqué y busqué y no había nadie. Imaginaros lo traumático que tiene que ser esto para un niño de 11-12 años, me subí a una montaña y me comí mi bocadillo llorando.
Luego inicié el camino de hora y media de vuelta que me esperaba, llorando, maldiciendo a mi amigo y muy negativo, finalmente llegué a casa y tuve que aguantar la indiferencia de mi familia y más tarde el que mis “amigos” se rieran de mi y se metieran conmigo, no este amigo traidor, sino los míos habituales, ahora que pienso esto… Vaya mierda infancia que he pasado.
¿Por qué te cuento esto? Para que veas que tus mentiras no caen en saco roto, tus mentiras tienen consecuencias, negativas y a veces muy graves que pueden destrozar y cambiar para siempre la vida a una persona, engañar no es un arte, es un vil reflejo de lo poco que vales como humano y cuidado, estamos hablando de engañar de forma negativa y no de engañar de forma piadosa.
Hay veces que necesitamos mentir para esquivar situaciones incómodas, para evitar disputas o para hacer la vida más fácil a los demás excepto ante estas situaciones para las demás el mentir no ayuda simplemente hace la vida más difícil.
El mentir es la forma más clara de ver la poca empatía que tiene una persona, si mientes y no te sientes mal es que algo falta allí arriba en tu cerebro. Imaginemos que quedas con un amigo y luego lo dejas tirado para irte con otro, si no tienes ningún tipo de remordimiento es que algo pasa. A todos nos pasa alguna vez que dejamos tirado a alguien, nos dejan tirado a nosotros… pero si el que comete esta vil mentira no siente remordimientos es que le queda poco de humano.
Recuerdo cuando era más joven y vivía en mi pueblo, mis amigos me obligaban a elegir entre ir con ellos u otro amigo que era como el marginado del pueblo, no querían que fuese con nosotros, poco a poco fui yendo más con el amigo marginado y dejando de lado a los demás, pero muchas veces debido a que también quería ser un niño normal terminaba yendo con mis amigos de toda la vida, cuando hacía eso y no quedaba con el otro (pues solía avisarlo) me sentía mal.
Decirte que cuando hay amigos que te obligan a elegir esos no son buenos amigos, un buen amigo te acepta tal como eres y acepta todo lo que ello comporta, a mi me ha pasado muchas veces de quedar y decir: “voy con x” y esa persona no querer quedar, así, de repente. Los amigos no obligan a elegir, aceptan, que es diferente, a menos que vayas con el tío más pesado del mundo…

La mentira en la política

La política es una práctica curiosa y muchos son las que la basan en mentir una y otra vez. Da igual que un periódico lo diga, ellos lo desmienten, da igual que hayan sido juzgados, ellos lo desmienten…
Se ven cosas tan curiosas, sobretodo en la oposición que hacen gracia. Por ejemplo se puede ver un partido de ultra derechas defendiendo una posición socialista de la oposición, pero no porque ellos lo crean sino porque saben que así ganan votos y la gente es tan tonta que todo se lo cree, los políticos engañan y abusan de la sociedad una y otra vez.
Creo que la política es la única práctica dónde se maneja como moneda habitual la corrupción, la mentira y el poder. Dudo mucho que la mayoría de los políticos estén limpios. Siempre cometen favoritismos y derrochan dinero para su propio beneficio. Siempre que se oye hablar de un alcalde o político por norma general se habla bastante mal: “barre para casa” , “se queda mucho dinero”. Por poner un ejemplo de lo ilógico de la política: llevamos tiempo en crisis, salen casos graves por televisión, todo el mundo preocupado y ahorrando… Sin embargo ahora son las fiestas de un pueblo de al lado de dónde vivo y han invitado a cantantes no nada baratos de talla internacional: Nena daconte, Alex Bustamante… y han gastado un dineral.
Lo mismo ocurre con las fallas de Valencia, hay crisis, muchas familias apenas sin recursos, pero da igual, gastémonos millonadas en quemar cosas. Así actúan los políticos y ninguno de ellos ha tenido la decencia de parar estas fiestas excesivamente caras y hacer obras sociales con esas millonadas que se gastan y no lo hacen porque lo único que les importa es ganar votos y seguir con el poder y si paran las fiestas creen que habrá gente recelosa que no les votará.
Lo más gracioso es que luego ves un cartel o ves por la televisión al político sonriendo y diciendo: “Nos preocupamos por la sociedad, obra social…” Creo que por más que los políticos se esfuercen y contraten gente para mejorar su imagen terminaremos viéndolos siempre como lo que son: Basuras mentirosas.
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