martes, 19 de enero de 2016

Tantra, el arte de los mil orgasmos


Tantra, el arte de los mil orgasmos

El sexo tántrico busca disfrutar del placer en toda su esencia
Personas en plena madurez sexual se acercan a esta disciplina en busca de nuevas experiencias
Hace 10 años que el sexo tántrico está de moda en nuestro país; que la gente, especialmente entre los 35 y 55 años, quiere acercarse a él. Busca sentir cosas nuevas, salir de la rutina, de la monotonía de su relación o incluso de su vida; y, por qué no, abrir también su abanico sexual a nuevas experiencias. El sexo tántrico tiene como fin disfrutar del placer en toda su esencia, prestando atención no sólo a los genitales, sino a todo el cuerpo en su conjunto. Pero esta práctica no está puesta al azar ni ha surgido por casualidad.
El sexo tántrico forma parte de una filosofía de vida llamada tantra que surgió en Oriente hace más de 4.000 años. La parte sexual es tan sólo una pequeña parte de ella. Esta corriente se fundamenta en cuatro pilares básicos, o como lo denomina el propio tantra, en cuatro llaves. Diego Jiménez, 'sex-coach' y director de Escuela Tántrica en Madrid, enumera a ZEN en qué consisten esas claves y cómo se pueden extrapolar a la forma de sentir y entender la sexualidad.
La primera llave es aceptarse a uno mismo y a los demás tal como son. Si tú no te aceptas como eres, no podrás disfrutar plenamente de la vida. Lo mismo ocurre en el sexo: si no te aceptas a ti mismo con tus virtudes, tus defectos, tus capacidades y complejos, ni tampoco a la persona que tienes enfrente, no podrás disfrutar plenamente de tus relaciones sexuales. La segunda llave es estar presente en el momento con los cinco sentidos. Es decir, para vivir la vida plenamente tienes que estar absoluta y conscientemente en ella. Este principio extrapolado al sexo significaría lo mismo: si estás en una relación sexual con los cinco sentidos, la disfrutarás mejor y más satisfactoriamente que si sólo estás por estar o por obligación.
La tercera llave de la filosofía tántrica es expresar lo que sientes y piensas. Para poder dar y recibir es necesario decir lo que cada uno quiere y siente en un momento determinado. En el sexo también. Tal como afirma Jiménez, "la realidad es que todas las personas practicamos el sexo en base a nuestras experiencias e historias de vida. Cada uno somos un mundo y por tanto, cada relación sexual también lo es". De este modo, es necesario saber pedir lo que queremos y lo que nos gusta, lo que nos apetece en cada momento, así como escuchar también a la persona que tenemos delante.
Y por último, la cuarta de estas llaves es el movimiento armónico y fluido. O lo que podríamos denominar como alcanzar el equilibrio. Es decir, acompasar tu energía y tus ritmos con los de la otra persona para poder fluir y estar en armonía.

LOS MITOS DEL TANTRA

Mucho hemos oído hablar del sexo tántrico, pero en cambio, sabemos poco de él.Esta práctica sexual está llena de mitos y de falsas creencias. Por ejemplo, que sólo con que dos personas se miren a los ojos pueden tener un orgasmo, o que para practicarlo se requiere horas y horas, o que su único objetivo es retrasar la eyaculación. Incluso, en ocasiones, se confunde también con el Kamasutra. Sin embargo, nada o muy poco tiene que ver con todo esto.
"El objetivo fundamental del sexo tántrico es dejarse llevar por el placer", afirma Alicia Gallotti, escritora especialista en sexualidad y autora del libro Sexo y tantra. "La meta no es el orgasmo, sino la energía sexual que transmiten los dos cuerpos,aprender a disfrutar del sexo sin etiquetas, sin tabúes, sin presiones ni ansiedad. Disfrutar con libertad", añade esta especialista.
Actualmente, en nuestra sociedad, entendemos el sexo como si fuera una clase de gimnasia o como un examen que hay que pasar con buena nota, pero el sexo tántrico te enseña a olvidarte de todo esto. "Se aprende a prestar más atención a los besos, a las caricias, a las miradas, a disfrutar de una forma más paciente, más plena y consciente de toda la energía que sienten dos cuerpos en un acto sexual, a no centralizar todo en la búsqueda del orgasmo ni a tener que alcanzarlo rápido y desesperadamente. En general, sexo tántrico es potenciar los sentidos",insiste la escritora.

UNA DISCIPLINA EN AUGE

Al igual que prácticas como el yoga o la meditación están en auge en nuestro país -incluso la gastronomía oriental- también lo está el tantra, disciplinas muy relacionadas entre sí. Son filosofías que tienen tras de sí una gran historia y que movimientos como el hippie en los años 60 en Estados Unidos acercaron a Occidente. "Ahora, de nuevo, parece que están en pleno apogeo, quizá porquevivimos en un mundo muy despersonalizado con el auge de las nuevas tecnologías y necesitamos encontrarnos a nosotros mismos", explica Gallotti. Es cierto que estas disciplinas están a años luz de la cultura occidental, pero todo se puede extrapolar y acercar a nuestra sociedad, porque lo realmente importante es «disfrutar del sexo (y de la vida) en toda su esencia. El sexo tántrico es una mirada serena y sensata de la sexualidad. No puedes ser libre sexualmente si primero no lo eres como persona», afirma la experta.
En España, no existen datos oficiales ni ningún documento que enseñe cuántas personas se están interesando por esta práctica. Sin embargo, Diego Jiménez lleva impartiendo talleres en Madrid más de 14 años y tiene una media de 50 alumnos al mes. "Vienen por diversos motivos: parejas que perdieron la chispa de su relación, otras que quieren encontrar la pasión que un día se les quedó por el camino, o simplemente buscar un poco de morbo o de nuevas experiencias en sus relaciones", comenta el especialista. Por ello, fundamentalmente, lo practican personas entre 35 y 55 años que han alcanzado una cierta madurez en su vida, también en su parte sexual.
Para tener un buen sexo tántrico es fundamental recrearte en los masajes, en las caricias y en los besos. Incluso también, en el ambiente. Como aconseja Jiménez, el sitio tiene que ser cómodo, que tenga una buena temperatura, una luz adecuada y una música relajante (si a la pareja le gusta)."«El sexo debe ser una fiesta, algo divertido, que no sea solemne, que no advierte miedos", concluye Galloti.

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